Cosas..

De un día para otro, todo puede cambiar. Los sueños, las esperanzas, hasta la sonrisa y las ganas de vivir se van, arrastradas por ese nuevo acontecimiento que de repente y sin aviso, te arruina todo. Y una no sabe para donde correr, que hacer, si quedarse parada esperando que todo pase, con el riesgo de morir aplastada por el derrumbe, o si correr e irse lo más lejos que pueda, dejando al otro librado a su suerte. Lamentablemente para mí, pertenezco al primer grupo, el de los que arriesgan su propia integridad para no abandonar a la otra persona. Y en este caso, parece no importar...
Realmente estoy deshecha, todos los días voy muriendome un poco, y espero con ansias el día que por fin, me apague del todo... Al menos no voy a sufrir más... No así, ni acá.